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La Gestión de la Incertidumbre en Innovación tiene un elevado componente de incertidumbre, incluso muy elevado en la mayoría de los casos. Se trata de lograr hacer realidad lo que anteriormente no existía o no se hacía y, además, que resulte exitoso. Mucha incertidumbre y riesgos asociados que habrá que gestionar. Teniendo en cuenta la premisa de su inevitabilidad, habrá que asumir necesariamente la gestión de la incertidumbre (riesgos) en los proyectos de innovación. Para ello:

  • Primero: Identificar los riesgos: Tanto los conocidos como los previsibles y los potenciales.
  • Segundo: Verificar las incógnitas conocidas que pueden afectar a la aparición real de los riesgos y también las incógnitas desconocidas.
  • Tercero: Disponer de una buena base de datos (libreta de “lecciones aprendidas”) de anteriores proyectos en los que se presentaron riesgos esperados, inesperados e incluso desconocidos.
  • Cuarto: Tratar de evaluar la probabilidad de ocurrencia de cada uno.
  • Quinto: Generar escenarios: “¿Qué sucedería si...?” es una buena forma de reflexionar sobre la magnitud de las consecuencias, caso de que ocurra.
  • Sexto: Tener un sistema de Gestión para la toma de decisiones en caso de ocurrencia.
  • Séptimo: Volver a repasar todos los anteriores puntos.

Para los cuatro primeros pasos, es muy útil utilizar la técnica AMFE (Análisis Modal de Fallos y Efectos, tanto del diseño como del proceso). Una vez evaluados hay que gestionar los Riesgos. Un esquema como el siguiente puede ayudar a gestionar dichos riesgos una vez evaluados:  

Grado de repercusiónEstrategia a seguir
De inmediatoA medio plazoA largo plazo
Bajo dañoResolver fácilmenteEvitar que se planteeSeguimiento
Medio dañoAsignar recursos para resolverDisponer de plan de actuación.Estudiar caminos alternativos
Muy elevadoAbandonar y desarrollar de nuevoGestionar teniéndolo presenteDisponer de estrategia de salida

  Un esquema como el presente, aún ayudado numéricamente con un análisis detallado de probabilidades de ocurrencia y magnitud de efectos, no evita los problemas pero ayuda a su gestión y a minimizarlos. No hay que perder de vista que las estimaciones numéricas, incluso con su grado de precisión, no pueden ocultar la realidad de que la incertidumbre y el riesgo son ciertos. ¿Solemos disponer de sistemas para evaluar la incertidumbre y los riesgos asociados al proceso de innovación?

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