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La euforia de poder ser autosuficientes con un fuerte sector servicios están pasando ¡y de qué forma!.

La Innovación parece dirigirse hacia otros campos. Parecía que la industria estaba destinada a países emergentes y de mano de obra barata. La euforia de poder ser autosuficientes con un fuerte sector servicios están pasando ¡y de qué forma!. En ocasiones es necesario que venga la resaca para dejar las cosas en su sitio.

España tiene una serie de ventajas competitivas señaladas en el Índice Global de Competitividad asociadas a ser un gran mercado, formación e infraestructuras, etc. Dejar dichas fortalezas exclusivamente en manos del sector servicios es hacernos un flaco favor, máxime si miramos a nuestros socios europeos en los que el sector industrial, pese a disminuir no lo hace con la intensidad (exagerada) del español.

Hemos pasado prácticamente del 25% al 15% en 10 años. Dicho en forma simple, hemos pasado de producir cosas (fabricarlas), a ser utilizadores. Pero las cosas hay que fabricarlas y pensar que serán países emergentes los que las producirán por nosotros es simplemente cerrar los ojos. Una sociedad que da la espalda a producir cosas no puede permanecer. Lo mismo, de forma más evidente, se puede decir de los alimentos (sector primario). En este terreno, además, está en juego la autonomía como sociedad. A todo ello tenemos que añadir que somos un país de más de 45 millones de habitantes y con muchas necesidades.

En una reciente entrevista, Alberto Bombassei, presidente del grupo Brembo, fabricante de frenos y figura relavante del tejido industrial italiano, llama la atención sobre lo que él denomina “hay que volver a industrializar Europa”. No podemos compararnos con países con 10 millones de habitantes (o menos) en los que simplemente la existencia de una gran multinacional es suficiente para encaramarse a los primeros puestos de riqueza e innovación.

Tenemos que crear una gran, muy grande, infraestructura productiva y, además, no olvidar el sector primario. Además resulta que estamos preparados, tenemos infraestructuras, saber hacer, personas dispuestas y un entorno favorable. Tenemos, incluso, una ventaja competitiva, salarios más bajos que nuestros clientes preferentes (UE) y capacidades diferenciales con respecto a los productores especializados en comodities, podemos ser rápidos, flexibles y con una muy elevada calidad. No lo digo yo, lo dicen los informes internacionales... pero preferimos, como país, transitar por el corto plazo de ganancia rápida (burbuja). Al menos algunos lo prefieren aún a costa del país.

No pretendo invalidar el sector terciario y/o servicios, del que además formo parte, pero de poco nos servirá si no lo balanceamos con el industrial y primario. Estamos necesitados de conseguir el equilibrio y volver a la senda del 20-25% en el industrial. Posiblemente será diferente al de hace 20 años, pero que produzca bienes. ¿Crees que necesitamos potenciar nuestro sector industrial? ¿Podemos seguir con un 15% del PIB en Industria?

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