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La Competitividad Industrial de un país tiene que estar fundamentada, entre otras cosas, en la propia estructura de dicho sector industrial, de la distribución de sus sectores, de la cualificación de las personas empleadas, mercados de destino, etc. En un reciente estudio de PwC se presentaban las Claves para la Competitividad de la Industria Española. En un anterior post ya analicé este estudio. En esta ocasión me quiero referir, a modo de complementar el anteriormente mencionado, a la distribución de dicha industria, lo que denomino “radiografía”. Viene el tema a cuento, además, de otros artículos en los que se relacionan países e indicadores de innovación y que comparan, por ejemplo, Finlandia con su enorme predominio de NOKIA y países como España o Italia con una estructura de sectores mucho más diversificada. Veamos, pues, nuestra radiografía y en la que tenemos un primer dato fundamental: La aportación total de la Industria al PIB nacional es del 13%. A partir de aquí ya nos centramos por sectores % en valor sobre el total de Industria): -              Industria asociada a Alimentación, bebidas, tabaco: 21% -              Metal (metalurgia y productos metálicos): 15% -              Química y farmacéutica: 11,5% -              Vehículos de motor: 8,5% -              Papel (madera y corcho): 8% -              Resto de sectores: 36% En primer lugar es importante señalar que con un “resto” del 36% no es fácil sacar conclusiones segmentadas. Pero veamos algunas: -              Somos una potencia en Industria asociada a la alimentación, bebidas y tabaco. Industria asociada al consumo y a los servicios. -              Tenemos una industria muy centrada en sectores manufactureros y de transformados. -              Cierto peso de la industria farmacéutica y química y, además, creciente.   Estas rápidas conclusiones a la que es imprescindible añadir la pequeña dimensión media de nuestras industrias, hace que la inversión en I+D+i sea relativamente baja (0,84% del valor de la producción) frente a la media europea en industria (1,5%). Lo mismo cabe decir de la productividad ya que se trata de sectores con menor valor final (tenemos un 34% de menor productividad por empleado que el resto de la industria europea. Estos datos son mucho mejores cuando comparamos sectores concretos con el resto de Europa: farmacéutico, automóviles. Dado que los cambios son muy lentos, cabe pensar en centrar prioritariamente la productividad de los sectores mayoritarios por medio de fuerte inversión en I+D+i ya que el mayor aporte de otros sectores externos va a ser de difícil realidad a medio plazo ¿Ves un cambio a corto plazo de esta radiografía?

Comentarios

  • Mar, 21/01/2014 - 09:24 responder
    Hola Rubén, en las pymes españolas, especialmente las del sector industrial, hay dos posibilidades muy concretas: Engancharse a empresas mayores que hagan de arrastre o tiro (automóvil, electrodomésticos, etc.) o encontrar un nicho de mercado especialista (que tu ya conoces). Para desarrollar nuevos proyectos se requiere fuerte inversión en I+D+i y el tejido de micropymes no puede, incluso muchas de las pymes. Se va a acrecentar la diferencia entre unas y otras.
  • Mar, 21/01/2014 - 09:18 responder
    Sin ser financiero, puedo observar que las tendencias de crecimiento de las empresas se están definiendo por conceptos como I+D+i, lo cual no dista de ser cierto y marca un parámetro para la colocación de productos y servicios en el mercado, hoy globalizado y en definitiva, como se establecen las oportunidades de crecimiento para las grandes compañías multinacionales. ¿Pero que sucede con las PYMES? que ha mi criterio pueden ser el sustento económico, laboral y de impulso de las comunidades o regiones que quieran mantener mercados locales, estatales y de exportación.

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