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Es una receta de cocina y resulta muy ilustrativa de algunos ejemplos concretos que nos podemos encontrar de forma más o menos frecuente entre las organizaciones.

Para ayudar en la Planificación Estratégica tomo prestada una idea de Ana Ribera y presente en la revista Economía 3 de Abril 2013. Es una receta de cocina y resulta muy ilustrativa de algunos ejemplos concretos que nos podemos encontrar de forma más o menos frecuente entre las organizaciones. Hay ocasiones en las que el Directivo de la Organización nos indica “qué hacer para lograr el éxito” y la respuesta suele ir siempre por los mismos derroteros: “primero tienes que conocerte, saber quién es y qué es tu organización, por qué existe y qué pretende. Luego tratar de conocer dónde está y dónde se mueve, tanto tu organización como la competencia y el entorno en general. Siguiendo este camino podemos diseñar un sendero (o dos) para llegar al éxito” Pero el directivo no ceja: “¿pero qué tengo que hacer exactamente, qué tengo que hacer yo mismo y desde este momento”? La inmediatez hace que no resista el tedio de dar unos pasos sucesivos y acumulativos con los que dibujar su Estrategia. En definitiva, que pretende que nos saquemos del bolsillo (o de algún fichero del ordenador) una receta mágica, una especie de pócima que leída o ingerida ponga en marcha el primer paso en el camino del éxito. No quiere que busquemos el camino, pretende ponerse a andarlo. Después de mucho batallar y de reuniones complicadas se llega, siempre, a una entente entre lo inmediato y lo deseable, entre empezar a andar y a buscar el camino. Pero me ha gustado lo que escribe Ana Ribera y lo voy a trasladar en la próxima reunión que se me presente sobre el tema. ¿Quieres la receta mágica? Pues vamos allá: -          850 grm de armonía entre los socios o de tranquilidad y sosiego en el accionista único. -          1000 grm de implicación y liderazgo tuyo, de la dirección. -          0,5 l de buena organización y comunicación interna -          3 cucharadas soperas de análisis de la competencia periódico y bien hecho -          30 minutos a fuego lento de diagnóstico -          Añadir salsas de ilusión y entusiasmo -          30 minutos más de fuego muy lento de implantación de los resultados del diagnóstico -          Probar el sabor mediante indicadores en todos los procesos y evaluar grado de avance -          Observar que el comensal aprecia todos los sabores. Seguro que me entenderá pero nuevamente me dirá que quiere empezar de inmediato. Dado que está metido en el tema, le diré que empecemos con la receta y con los ingredientes, cantidades y tiempos de la misma. Es importante focalizar la atención en que el Plan Estratégico es de largo alcance y a la vez es dinámico, muy largo alcance pues involucra a toda la organización y sus actividades para unos cuantos años y muy dinámico porque el entorno lo es. No podemos errar, no podemos sacar el guiso salado o quemado y que no sirva. Debe estar en su punto para que, alimentados, empecemos el camino seguros de haberlo elegido adecuadamente y con las fuerzas necesarias para recorrerlo. Podemos tomar atajos si partimos de algún ingrediente precocinado, ello dependerá de lo bien gestionada que ya esté la organización, de los datos de que disponga y de su actualización constante, de anteriores planes estratégicos, de cultura de empresa, etc. Empezar a cocinar sin saber nada de cocina, ni tan siquiera calentar vaso de leche en microondas... mal.  “¿Existe la pócima mágica para el éxito empresarial?”

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